Qué daño has hecho a las altas capacidades, Spiderman.
“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Creo que todos conocemos esa frase que tío Ben le dice a Spiderman, pero como no le hace caso, tiene consecuencias catastróficas. Y parece que por eso, se nos queda marcada e intentamos aplicarla para que no ocurra algo parecido.
Las altas capacidades, entonces, se convierten en un don que también conlleva una gran responsabilidad. Y desde pequeños, los niños y niñas con altas capacidades empiezan a recibir mensajes de que tienen que destacar, sacar buenas notas, ir a la universidad, encontrar la cura del cáncer… Les vamos poniendo metas cada vez más altas, que tienen que alcanzar porque son listos, porque otra cosa sería desperdiciar su talento.
En España al menos, las carreras de ciencias están mejor valoradas socialmente. Y eso hace que empiecen las presiones: “coge las matemáticas académicas, que luego puedes tener mas salidas”, “tú que puedes estudia una ingeniería, que si estudias (y aquí se pueden poner muchas opciones) te vas a morir de hambre”.
A veces estos mensajes los mandamos de forma explícita y otras no hace falta que digamos nada. Ven que fruncimos el ceño si las notas no son tan buenas, captan en nuestra comunicación no verbal que no nos parece bien y no quieren defraudarnos.
Y así, en muchas ocasiones, empiezan a recorrer un camino que realmente no es el suyo, sino que es el que creen que tienen que recorrer para ser válidos. No sólo como estudiantes, sino también como personas. Acaban poniendo su autoestima en sus resultados académicos. Se identifican con su inteligencia, y esto les deja en una situación de vulnerabilidad.
Vulnerabilidad si sus resultados académicos dejan de ser buenos, porque no lo viven como algo que tienen que cambiar para que les vayan mejor las cosas, sino como que ya no valen. Aparece el síndrome del impostor, ese sentimiento de que realmente no son tan listos, que las notas que habían sacado antes era por suerte o azar y sienten vergüenza de lo que los demás puedan pensar de ellos.
Si yo me he definido a mí misma como una persona inteligente por mis resultados y ahora ya no es así, me entra una inseguridad tremenda sobre quien soy y lo voy a pasar muy mal hasta que vuelva a encontrarme a mí misma.
Vulnerabilidad si me he dejado llevar por lo que se esperaba de mí. Hay personas con altas capacidades que tienen sus intereses muy claros y no dudan de lo que les gusta hacer o de los temas sobre los que quieren aprender. Pero otras son multipotenciales y pueden tener intereses muy diferentes.
A veces ha llegado a mi consulta una persona con altas capacidades a punto de terminar la carrera, que duda si quiere trabajar de eso que está estudiando, porque le gustaría hacer más cosas. Hay personas a las que, por mucho que les guste algo, pensar estar haciendo eso toda su vida les crea ansiedad. Algunos cambian mucho de trabajo, o estudian varias carreras. Son multipotenciales. Les gustan varias cosas, y pueden ser buenos en todas ellas.
Hoy en día no se tiene la idea de que vas a empezar a trabajar y te vas a jubilar en ese mismo puesto, salvo si apruebas una oposición y a veces ni aún así. Pero de ahí a no saber qué es lo que realmente quieres estudiar, o a que te quieres dedicar, hay un abismo. Y genera mucha ansiedad, tanto para la persona con altas capacidades como para su familia, esa duda eterna. Es difícil de gestionar.
Entonces, ese rol social, ese hacer “lo que se espera de mi”, da seguridad, calma esa incertidumbre, pero puede hacer que acabes en un punto que no es el que realmente quieres.
Y vulnerabilidad si, por el contrario, sientes que te están imponiendo algo que no eres tú. Que el sacar buenas notas, ser médico o ingeniero, no es lo que tú valoras. ¿Por qué está mal visto que una persona con altas capacidades sea jardinero, o bailarín, o esteticien?
A veces, los chicos y chicas con altas capacidades sienten el sistema educativo como un corsé que les aprieta y los quiere moldear para que alcancen esa imagen socialmente aceptable. Muchos sufren ansiedad o depresión sin saber por qué. No son conscientes de que, al valorarles por los estudios que han conseguido, implícitamente les estamos diciendo que ellos, por sí mismos, sin esos títulos, no valen. Y ante la angustia y el sentimiento de decepcionar a los demás, puede que otra vez elijan algo que no es lo que realmente quieren.
Yo le diría a Spiderman que no hace falta que siempre salve el mundo. Que una tarde puede quedarse en el sofá de su casa descansando y viendo una peli. Que también tiene derecho a ser feliz.
Y le diría lo mismo a los chicos y chicas con altas capacidades. No hace falta que todos tengan grandes estudios y hagan grandes descubrimientos. Que, como el resto del mundo, tienen derecho a ser felices y ser lo que quieran ser.
Si queréis saber más sobre multipotencialidad, os recomiendo esta charla TED https://www.ted.com/talks/emilie_wapnick_why_some_of_us_don_t_have_one_true_calling?language=es
Y para entender cómo puede sentirse un estudiante con altas capacidades, os recomiendo leeros la siguiente historia: Corazón gris.